Intermareal

2023, Costas de Antofagasta, Desierto de Atacama

Intermareal, Laboratorio Sensible del Desierto Brumario.

“El número de criaturas vivientes de todo orden, cuya existencia está íntimamente ligada a las de las macroalgas es en verdad asombroso. No creo que la destrucción de una selva de un país cualquiera trajese consigo la muerte de tantas especies animales como la desaparición de las macroalgas”

Charles Darwin

Intermareal es el área que se encuentra entre el ir y venir de la marea sobre las costas. En el Desierto Costero del Desierto de Atacama, el mar impulsado por el frío viento sur converge con el desierto más árido. En este delgado espacio generado por la pleamar y la bajamar, se generan una infinidad de formas de vida que sustentan la vida en desierto, entre ellas la humana.

Intermareal, (2023) de Antonieta Clunes es parte de una investigación en torno a las algas que comienza el año 2015. En esta oportunidad se presenta una instalación que consta de siete piezas, en las cuales explora algunas búsquedas en torno a ellas y al ecosistema del cual son fundamentales. Fragmentos que en su conjunto, introducen al concepto en su sentido etimológico, es decir, entre o en medio del mar, al sumergirnos en un laboratorio que desde una mirada transdisciplinar y antitaxonomista, pretende generar cercanías e incluso empatías con lo no humano, de lo cual somos tan dependientes. En este Laboratorio Sensible del Desierto Brumario, se busca compartir el proceso de investigación y de experimentación artística, donde se exploran aproximaciones entre arte y ciencia como maneras de sensibilización para promover el cuidado.

Los bosques de algas, o huirales como se les conoce en estas latitudes, comprenden ecosistemas de vital importancia, permitiendo la equilibrada interacción entre un deslumbrante universo de relaciones simbióticas entre las especies. En sus frondas, estipes y discos generan estructuras y espacios donde muchas especies anidan o habitan durante sus primeros estadios de desarrollo, mientras otras viven toda su vida. A las macroalgas se adhieren equinodermos, bivalvos, innumerables moluscos, y toda clase de crustáceos. De sus hojas dependen peces, aves acuáticas, lobos de mar y hasta el microscópico fitoplancton, alimento del animal más grande del planeta, la ballena, tan común de avizorar por estas costas. Las algas constituyen, de este modo, un piso trófico de la vida en el mar. También actúan como barrera protectora frente a la entrada de las olas durante marejadas o inundaciones y resguardan las costas frente a la erosión. Pero sus alcances exceden los océanos, pues las algas pueden ser claves incluso para mitigar los efectos del calentamiento global, al absorber mucho más dióxido de carbono que los bosques, es más, gracias a su proceso de fotosíntesis provocaron La Gran Oxigenación cuando lograron, a través de su proceso de fotosíntesis transformar el dióxido de carbono en oxígeno, esto hace posible que nosotros hoy podamos respirar.

Desde un punto de vista antropológico, también va cobrando relevancia su existencia, como demuestran los hallazgos de Monte Verde que han puesto en cuestión la Teoría del Poblamiento Americano por el puente de Beringia. Algunos antropólogos y biólogos marinos han propuesto la hipótesis de la Carretera de Algas, planteado que los antiguos humanos encontraron en ellas sustento y materialidades para poblar el continente desde las costas. De hecho, en este sitio arqueológico se encontraron restos de huiro que pudieron haber sido utilizado para alimentación y medicina. Pese a esto, los bosques azules enfrentan riesgos inminentes.

Cuando hablamos de extractivismo, pensamos por lo general en la industria minera o en la tala de bosques del sector forestal. Pero también existe una deforestación en el desierto costero que permanece oculta bajo el mar. Se trata de un extractivismo invisible; el barreteo, técnica que arranca el alga desde la raíz, amenazando estos reservorios de vida. Si consideramos que la recuperación de los huirales es muy lenta en comparación a la rapidez de la extracción, pues cada día se exportan toneladas de este material debido a la alta demanda del alginato, utilizado en la industria alimentaria, cosmética, farmacéutica y textil, la situación es grave. Lamentablemente no hay conciencia sobre el enorme daño que estas acciones implican para todo el ecosistema. Las consecuencias son tan profundas que en otros países se están realizando planes de remediación, pero en Chile su extracción no está restringida, generando el cuarenta por ciento de la producción mundial de esta industria. Con todas estas implicancias, tensiones, y riesgos la vida se abre paso en el desierto costero y las algas siguen desempeñando un papel clave en su geografía.

En un comienzo recurrí al alga por una búsqueda material, realicé un algario para entender sus tipologías, generé pigmentos con los cuales las ilustré y con ellas realicé textiles que culminaron en esculturas que se muestran en esta exposición. Sin duda es un material interesante con grandes posibilidades estéticas debido a su maleabilidad. Sin embargo, a medida que fui sumergiéndome en ellas las encontré cada vez más fascinantes, comencé a verlas como un símbolo de vida y belleza. Recorriendo las costas pude presenciar grandes extensiones de Lessonia Nigrescens o “huiro negro” secándose en el desierto, asi como camiones con toneladas de este material. Fue entonces que pude dimensionar la magnitud del problema. Mi búsqueda tiene como propósito representar una forma alternativa para interrogar la valoración de estas especies y cómo nos relacionamos con nuestro entorno en la actualidad.

Experience

Museo Regional de Antofagasta – Enero – Febrero 2023

Exposición, visita guiada y lanzamiento del fotolibro Niebla.